Este preámbulo escrito el jueves 3 de Abril de 1986 en un periódico local ¡ ¡que lástima no se publicó en una revista profesional!!, pero realmente me hace sonreír CON ORGULLO las cosas que vaticine y que se está cumpliendo.
No debemos olvidar que en 1986, el Prof. Fournier (París), logró obtener mediante lipoaspiración con jeringuillas de 5 y 10 cm3 y una aguja del 12, lipocolágeno humano, y que dicho hallazgo me fue transmitido al día siguiente.
Una vez extraída la grasa era centrifugada, dando lugar a varias capas: microinjertos de grasa, una capa de color más blanquecino “ lechosa”, otra de color blanco-hueso, y por último la capa siguiente era aceite que se desechaba.
Todo lo demás se infiltraba ¡¡LUEGO!!, llevamos 24 años poniendo CELULAS MADRE O TRONCALES sin saberlo, de ahí no resultaba extraño toda la BONDAD del líquido que estábamos inyectando, incluso en una paciente que quería un aumento de mamas, pero no deseaba prótesis de silicona y que debido a su insistencia se le infiltraron hasta 160 cm3. en cada mama de grasa extraída previa liposucción en aquel momento, una vez sedimentada, siendo testigos algunos de mis compañeros en el Hospital Universitario “La Fe” de Valencia (España).
Ahora posteriormente una vez transcurridos 16 años, han ido apareciendo diversos artículos sobre la utilización de la grasa por los Dres. Colemann, Mazzola, etc. Y en España capitaneados por Dr. Serra Renom, con varios artículos en el 2004, 2006, 2008 y 2010 sobre su utilización en diversas reconstrucciones como en las amputaciones de mama, etc., etc., así como las diversas secuelas ocasionadas por otro proceso, o bien iatrogénico o para embellecimiento del cuerpo.
Así pues, con la utilización de estos “injertos de grasa” (“magma” de lipocolágeno, células madre, etc.), no solamente se obtiene un relleno de los tejidos blandos, sino que mejora la calidad de los mismos con un efecto angiogénico de los preadipocitos o células madre presentes en esos injertos de grasa.
Por último “con cierta admiración pero a la vez congratulándome” se ha demostrado su interés dando lugar a la Sociedad Española de Transplante de Grasa (SETGRA) habiéndose ya celebrado su primer Congreso el pasado año 2009 en Barcelona.
El tejido adiposo humano contiene una población de células capaz de proliferar y diferenciarse en múltiples líneas celulares, características de las células troncales o células madre.
El conjunto de estas células se conoce como células regenerativas, derivadas del tejido adiposo o fracción vascular estroma, caracterizadas por su capacidad para regenerar nuevo tejido adiposo y vasos sanguíneos, así como producir factores de crecimiento que ayuden a sobrevivir a los adipositos y a la formación de red vascular.
Un gramo de tejido adiposo aspirado tiene 6,9 % de adipositos y un 2,1% de células no-adipocitos. Considerando factores como la distinta concentración en las distintas fases del centrifugado y el tamaño de adiposito (entre 90 y 100 micras) calculan que hay 1.000.000 de adipositos por milímetro. El 37% de las células no adipositos están en la porción estromas vascular y que ocupan la parte baja del centrifugado son células madre derivadas del adipocito.
La capacidad de transformación en células endoteliales y mesenquimales, explica su uso y buenos resultados en los diferentes estudios que se están llevando a cabo, ya que son capaces de diferenciarse a células adiposas, condrales, óseas, musculares, neurales, endoteliales y hepáticas (con el estimulo adecuado).
Por lo tanto este tejido adiposo es una de las fuentes más asequibles de células madre y que se están utilizando en diversos campos de experiencias a nivel de laboratorio y clínico en varias áreas de trabajo de la medicina regenerativa, para la producción de diferentes líneas celulares con la adición de los factores de crecimiento adecuados, -ya mencionados con anterioridad- y que van a poder resolver problemas patológicos y tan dispares como el infarto de miocardio o la disfunción eréctil.